Periodoncia
El Periodoncista se encarga del cuidado y de tratar las enfermedades de las encías.
Si tu odontólogo te deriva a un periodoncista, probablemente estés sufriendo una enfermedad de las encías conocida como gingivitis o periodontitis.
- Encías inflamadas o hinchadas.
- Encías de color rojo brillante, rojo oscuro o morado.
- Encías sensibles al tacto.
- Encías que sangran fácilmente.
- Cepillo de dientes teñido de rosa después del cepillado.
- Escupir sangre al cepillarse los dientes o al usar el hilo dental.
- Mal aliento.
- Encías retraídas.
- Pus entre los dientes y las encías.
La sensibilidad dental se define como un dolor dental agudo causado por la exposición de la dentina y que aparece tras el contacto con estímulos externos aparentemente inofensivos como el calor o el frío, dulces o ácidos, o por tacto, y que no puede asociarse con cualquier otro tipo de patología bucal.
Para mejorar estos síntomas puedes:
- Cambia tu cepillo por uno de cerdas muy suaves.
- Tener cuidado cuando optes por un tratamiento de aclaramiento dental.
- Encontrar la pasta dental y el enjuague bucal adecuados
- Consultar con tu dentista.
La gingivitis o inflamación de las encías es la fase inicial de la enfermedad periodontal y la más fácil de tratar. La causa directa de la gingivitis es la placa, es decir, la capa de bacterias fina, pegajosa y sin color que se forma de manera constante en los dientes y en las encías.
Si no se elimina la placa por medio del cepillado y del uso del hilo dental diarios, se producen toxinas que pueden irritar el tejido gingival y, así, se produce la gingivitis.
El daño se puede revertir en esta fase temprana de la enfermedad periodontal, ya que el hueso y el tejido conectivo que mantienen a los dientes en su lugar aún no están afectados. No obstante, si no se trata este problema, la gingivitis puede convertirse en periodontitis y causar daños permanentes en los dientes y la mandíbula.
La periodontitis, también llamada enfermedad de las encías, es una grave infección de las encías que daña el tejido blando y que, sin tratamiento, puede destruir el hueso que sostiene los dientes.
La periodontitis puede hacer que los dientes se aflojen o que, incluso, se pierdan.
La periodontitis suele ser el resultado de una mala higiene bucal. Cepillarse los dientes por lo menos dos veces al día, usar hilo dental diariamente y hacerse revisiones dentales con frecuencia, puede mejorar enormemente las posibilidades de un tratamiento exitoso de la periodontitis.
Le llamamos recesión gingival o de encías a la situación en donde el margen de la encía se aleja de la corona del diente.
En dientes y encías sanas el tejido abraza el diente firmemente. Esta unión evita que se acumulen restos de comida entre la encía y el diente y también protege a las partes del diente que están cubiertas.
Para tratarla, el primer paso es modificar la técnica de cepillado si esta estuviera muy agresiva, o corregir una prótesis mal ajustada. Esto no hace que el tejido vuelva a crecer pero sí evita que el problema progrese.
Si en tu caso crees que podrías tener una enfermedad de las encías o la raíz de tu diente está expuesta debes tratarte de manera urgente para que este problema no se agrave, probablemente tu mejor tratamiento será la ortodoncia, o recubrimiento de las raíces expuestas con resina. Y al ser necesario, el odontólogo eliminará restos de sarro y placa bacteriana del diente, y de esta manera tu problema se solucionará.
El primer paso es acudir al odontólogo, pues es muy importante definir cuál es la causa del sangrado de las encías.
Lo más probable es que se trate de gingivitis, una enfermedad inflamatoria de las encías. Al diagnosticar las causas del sangrado, se podrá establecer cuál es el tratamiento más adecuado.
Para combatir el sangrado, los especialistas recomiendan una limpieza dental profesional, pero si las causas del sangrado se deben a una enfermedad avanzada, será necesario realizar un curetaje y un alisado radicular para eliminar totalmente la placa acumulada.